Aumenta el porcentaje de pacientes que reingresa en un centro hospitalario con una infección nosocomial
Fiel a su papel como "termómetro" de las infecciones nosocomiales, el
Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE)
muestra que la incidencia de estas infecciones se ha reducido un 34 por
ciento en los últimos 25 años; en el año 1990 un 8,5 por ciento de los
pacientes hospitalizados presentaban una infección relacionada con los
cuidados sanitarios, mientras que en 2014 la presentan el 5,6 por
ciento. Estos datos fueron ofrecidos por el profesor Josep Vaqué Rafart,
director del estudio y miembro del Consejo Consultivo del EPINE,
durante la celebración de la Jornada Intercongreso de la
Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), patrocinadora del estudio, en el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI).
Coincidiendo con el 25 aniversario de la
primera edición del EPINE, durante este Intercongreso se ha querido
hacer un repaso por su historia y debatir sobre los retos de futuro a
los que se debe enfrentar, ya que los estudios de prevalencia de las
infecciones nosocomiales constituyen una herramienta imprescindible para
conocer la carga de enfermedad que suponen las infecciones nosocomiales
en el Sistema Nacional de Salud y los factores que se asocian a éstas,
además de facilitar la formación del personal en materia de vigilancia,
control y prevención. El EPINE es referencia obligada en todos los
estudios nacionales e internacionales sobre infecciones relacionadas con
la asistencia sanitaria, y mantiene su utilidad científica,
realizándose cada año en nuestro país de forma ininterrumpida desde
1990, al contrario que, por ejemplo, en Francia, donde se desarrolla
cada 5 años.
Más de un millón de pacientes han participado en este estudio desde 1990
Durante su intervención el profesor Vaqué, jefe de Medicina Preventiva y Epidemiología del
Hospital Universitario Vall d´Hebron y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Universidad Autónoma de Barcelona,
señaló el creciente interés de los hospitales, tanto públicos como
privados, por participar en el EPINE; en el primer estudio participaron
123 hospitales, en 1995, 201 y en 2014, 269; si bien este año
participaron 13 hospitales menos que en 2013.
La realización de este estudio no podría
ser posible sin el trabajo que cada año, durante los meses de mayo y
junio, realizan miles de profesionales de los servicios de Medicina
Preventiva de los diferentes centros hospitalarios, quienes desde 1990
estudiaron más de un millón de pacientes, en concreto, 1.134.800
pacientes.
Un problema inesperado: aumentan los reingresos por infección nosocomial
A pesar de la tendencia claramente
descendente de las infecciones nosocomiales, fruto de los numerosos
programas de prevención introducidos por los centros sanitarios, el
profesor Vaqué informó del incremento progresivo de pacientes que
presentan alguna infección nosocomial en el momento del ingreso; datos a
los que es importante prestar atención, ya que representan casi un
tercio de las infecciones, habiendo pasado del 1,03 por ciento en 1990
al 1,27 por ciento en 2005, y al 2,25 por ciento en 2014.
En relación a este asunto explicó que se
debe a que cada vez los pacientes pasan menos tiempo en los centros
hospitalarios, lo que provoca que la infección nosocomial se manifieste
en el domicilio del paciente o tras reingresar en hospitales públicos
tras una estancia en otros hospitales.
Evolución del protocolo del EPINE
El EPINE ha liderado desde 2012 la
conversión de este proyecto en un estudio europeo, donde participan
actualmente más de 25 países de la Unión Europea; además, mantiene una
activa
página web donde puede descargarse una amplia bibliografía, informes y protocolos relacionados con el estudio.
Desde 1990 a 2011 el protocolo del EPINE
no sufrió cambios significativos salvo la introducción de nuevas
variables y la supresión de otras, y la aplicación de cambios parciales
en algunas definiciones y en la tabulación de los microorganismos. El
cambio en el protocolo se realizó en el año 2012 para adaptarlo al
Estudio de Prevalencia Europeo (EPPS) en el que se empezaron a usar
nuevas definiciones, se introdujeron nuevas variables y tablas de
clasificación, y se modificó la forma de gestionar los datos.