lunes, 2 de febrero de 2015

 

                 

La aplicación del Proyecto Infección Quirúrgica Zero podría ahorrar al Sistema Nacional de Salud más de 570 millones de euros solo en 2015

      
 
1619079 714757051941550_4551653146187976449_n 1La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) presentó ante las autoridades sanitarias del Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) el proyecto Infección Quirúrgica Zero, liderado por el doctor Juan Francisco Navarro, secretario de esta sociedad científica y jefe del servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital General Universitario de Elche.
Este proyecto busca mejorar la calidad asistencial y la seguridad de los pacientes quirúrgicos por medio de la aplicación universal y verificada de las principales medidas preventivas actualmente aplicables frente a las infecciones quirúrgicas. La puesta en marcha de este proyecto supone, también, estudiar la efectividad, en condiciones normales de la práctica médica, estas medidas preventivas y conseguir una serie de datos que sirvan para introducir nuevas y mejores estrategias contra las infecciones nosocomiales. En la fase de estudio piloto en la que se encuentra Infección Quirúrgica Zero, el objetivo prioritario es determinar si la intervención multifactorial propuesta es factible y efectiva para disminuir la incidencia de infecciones del sitio quirúrgico, así como  protocolizar adecuadamente las intervenciones preventivas y comprobar la seguridad de los pacientes tras su aplicación.
Según explicó el Dr. Navarro durante la presentación, el proyecto propone la intervención sobre cinco áreas avaladas por la evidencia científica: profilaxis quirúrgica antibiótica correctamente aplicada, uso de clorhexidina alcohólica al 2 por ciento, cumplimiento de las normativas de retirada del vello, aplicación efectiva de medidas de normotermia perioperatoria y aplicación efectiva de medidas de normoglucemia perioperatoria.  Si bien insistió en que la aplicación exitosa de todas estas medidas requiere de la implicación de todos los profesionales sanitarios del ámbito quirúrgico: enfermeros, cirujanos y anestesiólogos, tanto en el trabajo de planta como en el de quirófano.
Entre las actuaciones que se recomiendan destacan el ajuste de las dosis de profilaxis antibiótica al peso, la edad, la obesidad y la hemodilución de cada paciente, teniendo una segunda dosis preparada en caso de intervenciones de larga duración; la aplicación de dos capas de clorhexidina alcohólica al 2 por ciento en espiral y friccionando; evitar la eliminación del vello a menos que sea necesario y, en este caso, hacerlo usando una cortadora eléctrica; monitorizar la temperatura del pacientes cada hora antes, durante y después de la cirugía manteniéndola siempre por encima de 35,5 grados, aplicando, si procede, calentadores de fluidos y cobertores de calor, y mantener la normoglucemia antes, durante y después de la intervención.
El doctor Navarro explicó que, en la actualidad, el estudio piloto de Infección Quirúrgica Zero se está desarrollando en 32 hospitales públicos de casi todas las autonomías y que está demostrando que es factible, incluso si se abarca desde el primer momento toda la cirugía no urgente, que es seguro, ya que no genera efectos adversos mayores, y que es altamente costo-efectivo, puesto que solo genera un coste de entre 10 y 20 euros por paciente y su relación beneficio-coste puede 30-40 a 1 (30-40 euros ahorrados por cada euro gastado). Además, el secretario de la SEMPSPH insistió en que la intervención puede ser muy efectiva, previniendo más de un 20 por ciento de las infecciones quirúrgicas en el primer año de aplicación y en condiciones normales de trabajo de los hospitales españoles.
Si Infección Quirúrgica Zero se aplicara íntegramente en todos los hospitales españoles, se estima que en el año 2015, y con un 20% de efectividad preventiva, se podrían evitar hasta 41.688 infecciones de sitio quirúrgico, 30.331 reingresos hospitalarios, 7.759 re-intervenciones y 2.187 muertes perioperatorias y se podría generar un ahorro al Sistema Nacional de Salud de 575.419.464 euros, teniendo en cuenta los costes actuales que supone cada infección quirúrgica.
 

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